Froebel, es el primero que reconoce toda la trascendencia educativa del juego."El juego - dice - es el más puro y espiritual producto de ésta fase del crecimiento. Es a un mismo tiempo modelo y reproducción de la vida total, de la íntima y misteriosa vida de la naturaleza en el hombre y en todas las cosas. Del juego manan las fuentes de todo lo bueno... El niño que juega tranquilamente, con espontánea actividad, resistiendo la fatiga, llegará a ser de seguro un hombre también activo, resistente, capaz de sacrificarse por su propio bien y por el de los demás"
Para Froebel, la escuela tiene una función social a la par que individual: el desarrollo de las energías del niño y la conciencia del grupo y de la colectividad. Pero la escuela ha de parecerse lo más posible a la vida; en ella debe reinar también la actividad y la libertad. "No se crea que la escuela contadice la espontánea actividad del muchacho. La acción bien dirigida de la escuela,que ha de tender precisamente a fortificar las energías íntimas y espirituales de los alumnos, hace que estos se sientan más libres, se muevan con mayor soltura en la vida. El buen escolar no anda encogido y con la cabeza baja: debe estar alegre, dispuesto, sano de cuerpo y de alma. No hay antagonismo entre la escuela y la vida" Historia de la Educación y la Pedagogía - Luzuriaga.
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